lunes, 29 de agosto de 2011

Representaciones de Ciudad de las niñas, los niños, las y los adolescentes de Bogotá desde sus interacciones cotidianas y su emocionalidad



El respeto por la propiedad ajena es el derecho a la paz” Cesar Pineda, 8 años- Liceo el Gran Virrey El proyecto “Semillero de Experiencias en Cultura Ciudadana”, surgió en marzo del 2011 como parte del acompañamiento que hace el Programa Amor por Bogotá al proceso de “Reconocimientos en Cultura Ciudadana” junto a la Secretaria Distrital de Cultura, Recreación y Deporte. Esta iniciativa se gestó como una posibilidad de interactuar con un grupo de ciudadanas y ciudadanos (en este caso niñas, niños y adolescentes) con quienes se estableció un diálogo acerca de sus percepciones, emociones y pensamientos frente a las relaciones cotidianas con la ciudad, los escenarios urbanos y las relaciones interpersonales de sus habitantes.

A partir de estas construcciones colectivas se buscó fomentar las buenas prácticas de convivencia, reconocimiento y respeto de la diversidad, se fortaleció la identidad con Bogotá, se propició la interiorización y el cumplimiento de las reglas de convivencia, se fortaleció el sentido de pertenencia a la ciudad y se generó un mayor aprecio por el patrimonio colectivo. Durante esta primera fase del proyecto se desarrollaron dos componentes simultáneamente; un componente investigativo que permitió reflexionar sobre el tema de la cultura ciudadana y la convivencia en niñas, niños y adolescentes y uno pedagógico, que comprendía el diseño e implementación de una estrategia metodológica y pedagógica, a través de talleres lúdicos, vivenciales y reflexivos en instituciones educativas públicas y privadas de Bogotá.

Se realizaron 21 talleres en colegios públicos y privados de Bogotá, desde una metodología ludico-pedagógica y participativa definida bajo los parámetros del Diálogo de Saberes, buscando que por medio del juego, la interacción, la cooperación y el trabajo las niñas, los niños, las y los adolescentes se visibilizaran como sujetos de derechos que habitan un territorio determinado, que son influenciados por el contexto social y que a su vez son agentes transformadores de sociedad. Fue importante realizar actividades individuales y grupales, ya que era de interés indagar por las percepciones, emociones, ideas y propuestas de cada niña, niño y adolescente en particular. Pero también, se requería evidenciar la manera como lograban ponerse de acuerdo, tomar decisiones y resolver problemas con su grupo de pares, es decir observar su comportamiento social durante el escenario del taller. Durante diferentes momen

tos de cada taller se socializó un video pedagógico que compilaba información acerca de 11 experiencias de organizaciones de la ciudadanía, a las que se les hizo un un reconocimiento en cultura ciudadana en el año 2010, por su labor en el mejoramiento de la convivencia y en la apropiación del patrimonio de la ciudad.

Este video sirvió como herramienta de aprendizaje por modelamiento; ya que se presentaron experiencias en las cuales las niñas, los niños, las y los adolescentes descubrieron que hay otras personas a las que les suceden situaciones similares pero que han desarrollado estrategias y alternativas de solución a sus problemas y de transformación de sus realidades, generando en ellos más allá de una identificación, una motivación para la acción, por tanto se aprende de estos modelos que no están lejos de su realidad. Este tipo de aprendizaje es muy importante para las niñas y los niños y aún para las y los adolescentes. En cada colegio se desarrollaron mínimo dos talleres de aproximadamente dos horas y media cada uno. El tamaño de los grupos cambió de acuerdo a la disponibilidad en cada colegio, así se dictaron talleres por nivel y por curso, con grupos que iban desde los 15 hasta los 70 participantes, con un total de 665 niños, niñas y jóvenes participando en esta fase de una forma activa. Se tuvo en cuenta el criterio de la edad de tal manera que las y los participantes tenían entre 8 y 18 años. Así mismo, se buscó desarrollar por lo menos un taller por cada nivel de formación (3°,4°, 5°, 6°, 7°, 8°, 9° y 10°), el único nivel con el que no se realizó taller fue 11°, por sugerencia de los mismos colegios, que le dieron más importancia a la intervención pedagógica con otros cursos.

Una de las actividades desarrolladas durante el taller consistía en elaborar una metáfora de Bogotá, en la que cada participante a través de una representación gráfica podía asemejar a la ciudad con, animales, comidas, personas, canciones, películas, entre otras, de acuerdo a la imagen que tuviera de la ciudad. En general se encontró que las metáforas suelen representar tres aspectos: las problemáticas, como la contaminación, la violencia, la inseguridad, la indiferencia, la corrupción y la injusticia, desde una mirada muy realista y basada en las vivencias cotidianas. Los sueños, desde una mirada más idealista, en la que se reflejan las ilusiones de muchos de ellos, en este sentido hacen referencia a películas de ficción, superhéroes, fantasías como volar o tener poderes sobrenaturales. Y los deseos, partiendo de una visión realista, pero manteniendo la esperanza en un mejor futuro o una mejor sociedad, así aparecen frases

como, “si fuera más amable”, “más bonita”, “más limpia”, “más segura”, “todos nos escucharíamos”, “nos ayudaríamos unos a los otros… como hermanos”. Así mismo, Se suelen mencionar aspectos como sabores; dulce, amargo o agrio. Sensaciones; placer, diversión, alegría, miedo, asco o frescura. Formas; al comparar una pizza con las localidades de Bogotá. Colores; colorida, de muchos colores, “rojo porque representa el amor”. También existe una tendencia a identificar a Bogotá con características de la personalidad humana como el carácter: la fortaleza, la debilidad, la fragilidad, la tranquilidad o la agresividad. Los sentimientos: el cariño y el amor. Las capacidades: el emprendimiento, la capacidad de lucha y el ser trabajadores. Los valores: la solidaridad, el respeto, la honestidad y la sabiduría. Y en este último caso se observa una recurrencia de características valoradas desde la moral, específicamente la dicotomía entre lo malo y lo bueno. Se establecen diferencias de acuerdo al género, de esta manera las mujeres son descritas desde características como, la ternura, el cariño, la suavidad y la tranquilidad, mientras que los hombres, son descritos desde características como la fuerza, la elegancia y la grandeza.

La elaboración de las metáforas fue una actividad que generó motivación y agrado tanto en las niñas y los niños como en las y los adolescentes, así mismo permitió que fluyeran emociones, percepciones, ideas, reflexiones, creatividad, y que se diera la interacción entre ellos a partir de la expectativa que les generaba dar a conocer su metáfora y conocer las de los demás. A lo largo del proceso se demostró que las metodologías participativas, especialmente el diálogo de saberes son importantes tanto para niños como para adolescentes en la medida en que permiten expresar sus experiencias cotidianas, sus emociones, sus pensamientos, la forma como piensan y viven la ciudad, lo que les afecta, les preocupa, como perciben, como sienten, como ven las cosas que suceden. Todo lo anterior confirma la importancia del uso de la pedagogía no formal para trabajar con las niñas, los niños, las y los adolescentes el tema de la cultura ciudadana, que fue una de las estrategias utilizadas por las organizaciones sociales premiadas en el proyecto “Reconocimientos en Cultura Ciudadana 2010” y que les dio efectividad y éxito.

Se podría pensar que la lúdica es una herramienta fundamental en pedagogía; ya que, en la medida en que las condiciones bajo las cuales se generan aprendizajes son agradables, los conceptos pueden ser apropiados más fácilmente y hay una mayor efectividad en la transformación de comportamientos.